Llegados a este punto diré que a mi el lema me parece inocente, dicho así. Seguro que para algunas personas que han bebido de las fuentes del anarquismo será de otra manera pero no puedo dejar de preguntarme qué sería de nuestra sociedad sin normas. Y las normas obligan o prohiben ¿no?
Y esta reflexión me viene por una frase que cada vez mas oigo en la boca de algunas personas dedicadas a la política (tambien de mi partido) "No soy partidari@ de prohibir" ¿Por qué? ¿Qué nos hace tan difícil tomar según qué decisiones? Porque esto no se aplica a todo. Si hay que prohibir fumar, se prohibe, pero si hay que prohibir la prostitución, por poner un ejemplo, ya es mas complicado...
Yo estoy acostumbrada a vivir rodeada de prohibiciones. Para empezar cada mañana cuando llego a trabajar no puedo aparcar en la puerta porque está prohibido. Si quiero vender un riñón lo tengo prohibido. Si quiero dejar la basura tirada en la calle está prohibido. Si quiero poner la música a toda pastilla a media noche está prohibido...
Ya se que lo que estoy diciendo no es "progre" pero es que no entiendo este dilema de prohibir, ni la necesidad de justificar ciertas medidas con esa frase de... "no creo en las prohibiciones". La convivencia es complicada y se tiene que regular. Y hay aspectos que no se pueden dejar a la buena voluntad porque, desgraciadamente, sabemos que toda voluntad no es buena o, cuando menos, neutra.
La paradoja ha venido con el debate de los toros. Aquí se nos han cambiado los defensores de la libertad y los de la prohibición y ya me he vuelto loca. Ahora resulta que la sociedad conservadora está en contra de prohibir y la progresista a favor. Y esto me da la razón. El problema no es prohibir o no. El problema es lo que se prohibe.